Momentos

Sabado, seis de la tarde, ultimo sabado de mis vacaciones, posiblemente ultimo fin de semana en el que no tenga responsabilidad alguna. Mi cabeza está bloqueada, mi cuerpo temblando y mi pecho con arritmia.

Situación: Promesas de un lugar, creencia de oportunidades, imaginación de un futuro, ganas de cumplir objetivos, ilusiones, primeros trabajos.

Realidad: traición, palabras en vano, utilización de una causa por ambición.

Resultado: EMBRONCADA, CON IRA, CONSTERNADA, DESAMPARADA, EN BLANCO.

En fin. Comencemos.

Defiendo que todos tenemos una causa o algo que nos moviliza, y que uno puede ser excelente en su modo de colaborar con ello. Creo que así debería funcionar todo. Una realidad en donde las personas no teman en buscar qué es lo que mas le preocupa por decirlo de alguna forma, y se atrevan a descubrirse a ellos mismos para encontrar de qué forma son buenos ocupándose de ello; una vez resuelta dicha aventura, deberían dedicar su vida a eso (ademas de las cosas básicas como la amistad, el amor y la familia)

Pero la historia tiene muchos puntos tristes. Gente que jamas se pregunta que quiere para su vida o qué le gusta ¿Falta de confianza?, otras que lo hacen e incluso se esfuerzan en ello pero nunca es suficiente para tener su merecida oportunidad ¿la culpa es de ellos o del alrededor? ¿falta fuerza o posibilidades? ¿las posibilidades las crea uno o se dan?, y por último quienes realmente logran cumplir sus objetivos.

Triunfadores ¿que entienden  por triunfador? ¿influye acaso su concepto de ganador en la satisfacción que sienten?; para mi triunfador no es aquel que gana mucha plata o se convierte en jefe.. no existe el verdadero ganador, todo depende según los ojos de cada persona.

Si tengo que remarcar algo que me parece nefasto es quien posee ambiciones desgarradoras y se mete con «el ser con causas», aquel que cruza el limite y perjudica sin lugar a duda tantas cosas que ni siquiera lo ve. No puede sentir mas que la ambición por ganar, tal que nunca es suficiente, y jamas va a estar contento con él mismo. Ese hambre que no deja ver cuando se equivoca, cuando daña y me atrevo a decir que ni deja valorar los aciertos; es incapaz de sentir esa satisfacción de hacer las cosas bien, de brindar.

Dar no te saca sino que te otorga, esperar te enseña, ir despacio te hace sabio, respetar te da ventaja. En la carrera por ganar nos llevamos puestos tantos valores que en al abrir y cerrar los ojos en vez de aprender nos volvimos hasta mas ignorantes! todo tiene su tiempo, su espacio, todos deben tener sus oportunidades, todos deben fallar y acertar. ¿Masticar la comida no te da el beneficio de sentir el gusto?

El peor error es creer que todo lo tenemos ganado, que lo sabemos todo, que las personas están a nuestra disposición, que en vez de compañeros tenemos discípulos. Mas de una vez, cuando pensamos tener todo muy calculado, es cuando peor las cosas están. Por ende, hay que saber mirar, saber escuchar, saber hablar. Hablar con quien tengo al lado, hablar con quien tengo abajo, interpretar los silencios y descubrir el trasfondo de cada situación que pasa.

«Te puedo invitar a tomar vino, te puedo insistir a que me acompañes a una segunda copa, a una tercera, te puedo seducir y endulzar el oído, te insisto para una cuarta, aceptas y ya estas vulnerable. Jamas aclare que mientras tomabas vino, lo que yo tomaba era agua.»